Una mirada a la Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa por la rivalidad entre las potencias imperialistas, involucró por primera vez en la historia a más de la mitad del planeta. Antes de llegar la Segunda Guerra Mundial, esta conflagración era llamada la Gran Guerra o la Guerra de Guerras y había sido el conflicto mas sangriento de todos los tiempos.

Este blog fue creado por Lucas Ferreyra como trabajo práctico de la materia Historia, de 2do año Polimodal del Colegio Los Médanos, a pedido de la Prof. Cecilia Gómez Carrillo de Lascombes. Julio de 2007

4.8.07

Aviación , romanticismo, uniformes y tácticas

"La aviación es un buen deporte, mas para la guerra resulta inútil" (declaración del general Foch, uno de los más prestigiosos generales franceses).

El desarrollo de la aviación durante la Primera Guerra Mundial generó una nueva casta formada por sus pilotos. Un grupo de jóvenes escogidos, frecuentemente provenientes de la aristocracia o clases sociales altas que se sentían hermanados con los pilotos de todos los ejércitos. Sus lemas y pautas de conducta, con ritos y ceremonias especiales, rendían honores igualmente al caído de las propias filas que al de las del ejército enemigo. Algunos pilotos gozaron de gran renombre en todo el mundo, siendo considerados ases de la aviación, independientemente de su nacionalidad.

Una hélice con la inscripción, "Nuestros Bravos Héroes", sobre una Cruz de Hierro marca las tumbas de dos pilotos alemanes derribados en Bélgica y enterrados con otros muertos de guerra, en un cementerio de Flandes.

Italia sintió una gran fascinación por la aviación, que fue vista popularmente como una gran aventura. Cuando Italia entró en guerra en 1915, el Cuerpo Aéreo constaba de 86 aviones y 72 pilotos.


Postal de la Escuela de Aviación Militar de Cascina Malpensa durante la Primera Guerra Mundia

El gobierno italiano, sobrevalorando su potencial, efectuó una gran campaña romántica que convenció de las inmensas posibilidades de su aviación, fomentando el interés y consiguiendo el compromiso de invertir grandes cantidades de dinero en su desarrollo. La campaña fructificó y se llegó a contar con un eficaz Cuerpo Aéreo de 1.600 aviones

Postal distribuída por el Mando Aeronautico italiano.


Además, la aviación italiana (Corpo Aeronautico Militare) se complementó con unidades de otros países aliados, incluidos en 1917-18 los componentes de un importante contingente de Estados Unidos (guiado por un norteamericano de raíces italianas y posterior alcalde de N. York, Fiorello H. de la Guardia).

Escudos de los Escuadrones de la aviación italiana

La preparación de los nuevos pilotos (y el reciclaje de los "antiguos") se efectuaba con medios que se iban desarrollando con imaginación, partiendo de cero. Paralelamente se desarrollaban avances en los aviones que, mejoraban y ampliaban sus características técnicas y sus posibilidades de todo tipo.

Un futuro piloto británico se entrena a disparar desde un elemento móvil utilizando una falsa cabina instalada sobre raíles y lanzada a gran velocidad.

Uniformes prácticos

Tanto en los globos estáticos y dirigibles como en los primitivos aviones se necesitó equipar convenientemente a sus tripulantes. En el caso de los aviones, expuestos a la intemperie a gran velocidad, con bajísimas temperaturas, lluvia, chisporroteos de los motores, el aceite desprendido de los mismos, etc., los pilotos se vieron obligados a buscar protección con diversas prendas.

Buzos de cuero, gruesos guantes, abrigos, botas de media caña forradas de piel, gorros que llegaban a cubrir el cuello, y gafas de todo tipo, resultaron imprescindibles y, en muchos casos, insuficientes. Además de las prendas que les entregaba el ejército, añadían otras recibidas de sus casas o procedentes de los pilotos enemigos detenidos.

Para la cabeza y cara se recurrió inicialmente a un gorro de cuero vuelto con el pelo hacia el interior, sistema que prevaleció incluso durante la 2ªGM. Pero pronto se emplearon también cascos más resistentes y calculados para proteger contra pequeños golpes. A la hora de diseñar los cascos las soluciones fueron muy similares en todos los ejércitos. Frecuentemente se utilizaron los mismo cascos entre aviadores de países aliados, pues algunos fabricantes suministraron su producto a varios países.


Franceses y serbios, algunos con ropa de vuelo y cascos.

La aviación italiana había sido una de las más precoces en la utilización de la aviación en la guerra, y en el conflicto italo-turco (1911) sus pilotos ya usaron cascos. Posteriormente se utilizó con frecuencia uno de los modelos más apreciados de la firma Roold proyectado ya en 1910, o un tipo derivado de él.

El "Espíritu de Italia" guiando por el Mediterráneo a destructores y tres aviones hacia África durante la guerra Italo-turca de 1911.

Los italianos emplearon la aviación en Libia como nuevo elemento de observación, creando su presencia gran consternación entre los enemigos y población civil.

La forma del casco producido por Roold en Bélgica (o en Holanda) y utilizado por la aviación italiana (entre diversos países), era la de un alto casquete troncocónico fabricado en corcho en el cual se habían insertado laminillas de hierro o inyectado limaduras con la idea de aumentar su resistencia. La cúpula estaba recubierta de tela encerada con 4 costuras. Una especie de chichonera de la misma forma, también de corcho forrado, lo rodeaba reforzándolo considerablemente.

Los remates y principales costuras están forrados con tela o cuero marrón. Una pieza del mismo tejido encerado cubría la nuca y conformaba las orejeras que incorporaban un refuerzo y orificio de audición con anillo de latón. El resultado es poco estético y bastante desproporcionado en altura.

Completaba el casco una sólida visera, en los mismos materiales y tipo de forro.

Todo el conjunto estaba pintado de color marrón.

Estos cascos "Roold" fueron evolucionando, siendo en los modelos sucesivos eliminada la "chichonera" y la cúpula fue resuelta con forma semiesférica.

Los aviadores belgas, franceses (que a su vez equiparon a la aviación serbia), alemanes o austro-húngaros utilizaron frecuentemente uno de estos cascos, o de la misma concepción y factura muy parecida (Aunque España no participó en la contienda, también contó con algunos de estos cascos).

De la observación a la fotografía y luego al bombardeo.

Inicialmente los aviones, de construcción extremadamente frágil, se utilizaron para observar los movimientos de las tropas enemigas (superando los globos cautivos de observación) y pronto contaron con cámaras fotográficas (de un tamaño y peso tal que impedían el mínimo armamento por falta de capacidad).

Insignias de Aviación de Alemania, Gran Bretaña ("British Royal Flyng Corps", aviación expedicionaria que fusionada a la RNAF constituiría el 1º de abril de 1918 la RAF), e Italia.

La aparición de la aviación sobre las zonas de combate condicionó de forma radical el comportamiento en los frentes (el 30 de agosto de 1914, los alemanes, gracias a la observación de sus aviones, consiguieron impedir un imprevisto y masivo avance ruso). Esta presencia en los cielos de la guerra obligó a los combatientes a tomar medidas para neutralizar o distorsionar su capacidad de observación. Incluso los cascos de combate de la Infantería sufrieron su influencia (en los Imperios Centrales se comenzó la distribución de cascos pintados de camuflaje para ocultarse a la observación aérea enemiga).

Los movimientos de tropas que proyectaban encerramientos, avances o refuerzos que permitieran poner en práctica las complicadas estrategias del los Altos Mandos de los ejércitos, quedaban inmediatamente al descubierto, imposibilitando la sorpresa (los aviones franceses de reconocimiento, en septiembre de 1914, descubrieron la maniobra de Von Kluck, lo que permitió al ejército francés tomar las adecuadas posiciones a tiempo de neutralizar la acción en la batalla del Marne).

Fotografía de la cabina de un "Letord" de tres plazas (francés). El ametrallador tras una Lewis de 2 cañones se cubre con un casco "Roold", similar al utilizado por los italianos (el piloto mira por el espejo retrovisor sujeto con cables)

Los cascos fueron progresivamente distribuidos a todos los tripulantes (desde 1918, en Italia estos cascos también fueron entregados a los tripulantes de auto-ametralladoras). La protección de los cascos tipo Roold no concebía una defensa directa como elemento de combate, aunque los pilotos disparaban con diversas armas (incluso a ladrillazos) y pronto los nuevos aviones "de caza" fueron equipados con ametralladoras, para derribar a los de reconocimiento.

Duelo entre un "Taube" alemán y un biplano francés armado con una ametralladora.


Uniforme de piloto italiano

La sincronización del tiro de la ametralladora con el paso de la hélice mejoró la eficacia de la puntería y amplió sus posibilidades (sistema utilizado por el carismático piloto francés Roland Garros, aunque la invención parece deberse a otro piloto francés, Français Gilbert) pero la solidez del casco sólo preveía proteger contra golpes, pues en un principio era frecuente que los pilotos enemigos se saludaran al cruzarse en el espacio. Pero cuando uno (debía de ser poco cortés) en vez de la mano sacó una pistola, el comportamiento cambió y los pilotos empezaron a intercambiar disparos sin ningún tipo de precisión (prácticamente sin la más mínima esperanza de acertar en ningún blanco) casi al tuntún, con pistolas de cinto, rifles y escopetas.


Cuando los alemanes aseguraban que el piloto Roland Garros, as de la aviación, apuntaba la ametralladora enfilando su avión, aún ignoraban que disparaba a través del disco de barrido de su hélice y que ésta llevaba un deflector blindado. Cuando Garros, en 1915, tuvo que aterrizar en territorio enemigo a causa de una avería de su avión, los alemanes descubrieron su interesante secreto. Pronto los aviones alemanes contaron con un sistema "Fokker" que era una copia bastante mejorada del sistema de Garros. A su vez, el sistema "Fokker" no tardó en poder ser adoptado por los aliados gracias a un avión alemán que aterrizó por error en uno de sus campos.

Situados sobre el avión enemigo, los pilotos también dejaban caer granadas u otros elementos agresivos (una vez un piloto arrastró suspendido un largo y pesado sable con la esperanza de que se enredara en la hélice del avión enemigo. Otro llevaba colgada un ancla de globo para enganchar las alas de los aviones enemigos).

Primitivo sistema de bombardeo manual

No obstante, lo rudimentario de las máquinas, la escasa altura de los vuelos y la incipiente respuesta desde tierra (los alemanes venían desarrollando cañones antiaéreos desde 1910 y en 1915 el acorazado "Queen Elizabeth" ya montaba dos cañones de 76 mm.) convertían los vuelos en misiones de altísimo riesgo (hay que recordar que la difícil identificación de los aviones hacía que fueran tiroteados al pasar sobre sus propias líneas o acercarse a su campo de aterrizaje).

En los álbumes de recortes de los pilotos alemanes era frecuente hallar esta calavera, con su correspondiente casco de aviador, sujetando entre los dientes un billete de 50 Marcos, representando "lo peligroso del dinero" que recibían los pilotos por misiones de combate.


Además, aunque los paracaídas ya se conocían, se utilizaron muy poco (fue más frecuente su uso en los globos ). Incluso llegó a ser prohibido en algunos países con el argumento de que la tripulación podía abandonar el avión sin haber desarrollado todas sus posibilidades. Una imperiosa necesidad para combatir a los aviones y mitigar los efectos de los, cada vez más frecuentes y demoledores, bombardeos, era conocer su presencia con la mayor antelación posible para protegerse y utilizar los elementos que apresuradamente se iban incorporando al frente para combatirlos, cañones antiaéreos y proyectores nocturnos. Las pantallas detectoras constituyeron el primer intento.

Un artillero italiano escucha a través de un artilugio portátil llamado "Sheerophone". Consistía básicamente en un gran resonador plano.

Aunque el desarrollo del arma de aviación era una gran incógnita y su futuro inmediato en la guerra, imprevisible, pronto quedó demostrada la carencia de proyectos para su utilización militar, y las armas antiguas usadas en tierra, tan de moda en los comienzos de aquella guerra, hallaron pronto su acomodo en el aire. Para ataques aéreos sobre infantería y caballería, los franceses lanzaron en 1914 afilados dardos de acero llamados "fléchettes". Los paquetes de aquellos puntiagudos misiles eran transportados en los aviones en latas especiales con cien unidades, que se fijaban bajo el fuselaje, y se abrían accionando en la cabina un gatillo que permitía lanzarlos (desde una altura de 450 m una "fléchette" podría traspasar el cuerpo de un caballo). Pronto el sistema fue adoptado por otras naciones.

Un avión italiano ataca con flechas una trinchera austro-húngara

Tras la especialización de los aviones (reconocimiento, caza, bombardeo) en 1917 ya había bombarderos que, volando a 140 k/h., (en 1918 se alcanzaban los 280 k/h) podían lanzar 1.300 kg. de bombas a 500 km. de distancia (se llegaron a lanzar bombas de 1.000 kg.). Se ha calculado que los alemanes lanzaron durante la Primera Guerra Mundial más de 27.000 Tn. de bombas). En 1918 entraron en servicio los Handley Page 0/100 que llegaron hasta Berlín. Los bombarderos alemanes "Gotha" ya habían efectuado diversas incursiones sobre Inglaterra (en 1917 una escuadra de 47 bombarderos "Gotha" bombardeó de día Londres, un macabro preludio de lo que sucedería durante la 2ª Guerra Mundial)


Observador de un "Alberstadt CL II" alemám, con su ametralladora Parabellum Nodel 13 tras efectuar un bombardeo.



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