En 1908 comenzaba en Alemania la construcción de una serie de sumergibles que constituirían la columna vertebral de la Kaiserliche Marine al comenzar la I GM. Una de estas naves, el U-9, al mando de Otto Weddigen, cambiaría la guerra naval al conseguir torpedear y hundir a ¡3 cruceros acorazados británicos! en pocos minutos en septiembre de 1914. Hasta entonces los sumergibles eran vistos como auxiliares de la flota. A partir de la espectacular hazaña del U-9, los sumergibles serían considerados ya como unidades capaces de hacer la guerra por su cuenta. Botado en 1910, el U-9 desplazaba 493 ton en superficie y 611 en inmersión. 14,2 nudos en superficie y 8,1 en inmersión. Eslora 57,38 m. Manga 6 m. Calado 3,13 m. 1-50 mm. 1 ametralladora y 4 tlt-450 mm. 29 hombres.
El famoso U-9. El sumergible que cambió la guerra naval.
En 1913 comenzaron a entrar en servicio las excelentes unidades de la clase "E" británicas (57 unidades). Una de las mejores clases de submarinos de la historia que marcaron el camino a seguir a las siguientes construcciones británicas. 660/800 ton (superficie/inmersión). 16/10 nudos (superficie/inmersión). Eslora 55,16 m. Manga 6,85 m. Calado 3,71 m. 1-76 mm. 5 tlt-457 mm. 30 hombres.
El E 11 navegando en las tranquilas aguas de la base de Lowenstoff.
La I GM terminó con la completa derrota de los sumergibles germanos, lo que dio lugar a una falsa euforia sobre la desaparición de este arma. Un ejemplo claro es que en el tratado de Washington ni se molestaron en tratar seriamente la cuestión de los sumergibles. A pesar de ello se siguieron construyendo nuevas naves, siendo los italianos los que más se acercaron a lo que serían los tipos generales de naves en la II GM.
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