Mi bisabuelo paterno, Rizzieri Turchi, peleó cuando era apenas mayor que yo en la Primera Guerra Mundial. De su larga permanencia en las trincheras heladas italianas guardaba un dolor recurrente y cierta tiesura en la articulación de la rodilla.
Contaba que de noche, sus jefes los enviaban en incursiones comando a matar a los soldados enemigos que dormian en sus trincheras . Muchos de los que partían a esa dura tarea no volvían.
Cierta vez uno de sus amigos le pidió. "Rizzieri, pegame esta noche por favor asi me llevan a la enfermería y no tengo que salir, porque tengo miedo de que me maten". Mi bisabuelo no se animó a pegarle y le pidió a otro compañero. En medio de la oscuridad sintió un grito y no volvió a ver a su amigo durante la guerra.
Pasados unos años, caminaba un día por Parma cuando se le acerca un hombre que tenía un hombro mas bajo que el otro y le dice " Se te pasó la mano Rizzieri, aquella noche, pero igual te agradezco que me salvaste la vida ya que no volví a las trincheras". Mi bisabuelo pudo explicarle que no había sido él.
Mi bisabuelo viajó a la Argentina en luna de miel con mi bisabuela y ya no volvió nunca a Italia. Crió 5 hijos argentinos. Falleció en Trenque Lauquen a los 71 años, cuando mi mamá tenía 5 años.
En 1978, el gobierno italiano concedió postumamente a mi bisabuelo L'Onorificenza di Cavaliere dell' Ordine di Vittorio Veneto y la Cruz de Hierro, que fueron recibidas por la familia en un acto en la Biblioteca Pública Rivadavia.
6.8.07
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